HISTORIA DE LA CONCIENCIA
Un magnate de los emiratos árabes va en un vuelo de
primera clase. Una deslumbrante ejecutiva que a su lado le acompaña, le yergue
el deseo. Luego de presentársele, le dijo:
¿-Le gustaría dormir conmigo esta noche?
-La mujer molesta le responde: ¿Usted se ha vuelto
loco? ¿Qué se ha creído que soy? ¿Una prostituta?
Sir mahmud, con remilgo y desdén, le replica:
-¡Le doy diez mil dólares!
De pronto, una leve sonrisa brotó de aquel
refinamiento aparente para agarrarlo de
la mano con lasciva placidez. Pero, al minuto el emir volvió a insistir:
¿Qué tal si mejor te doy veinte dólares?
La mujer ofuscada le gritó: Pero, ¿Qué se cree que
soy?
Hasta que el moro culmina con toda ironía:
-¡Yo ya sé lo que tú eres… solo estamos discutiendo
precio!-
Ese es el decoro que tal vez, por milenios, vive
agazapado en el fondo de la conciencia. Todo es asunto de precio, desde un
funcionario hasta una santa.
¡Veamos que tan severa
sea dicha afirmación!
Una linda mujer, a
quien su familia cuida como el mandamiento escondido del Olimpo, arriba a un
lejano pueblo. Los amigos de sus primos la acogen con el más novedoso pavoneo.
Pero su madre la increpa con una amonestación fulminante. La envía casa de su
hermana quien es maestra de un jardín de infancia. Todo ello por cuidarla de
esos pata en el suelo quien solo les puede interesar el arma deseosa que portan
ellas en la entrepierna.
La hermana, quien
cuidaba de la princesa llamada Belén, recibía cierta visita de algún respetable
estanciero. Aquel varón, al divisar la hermosura curvilínea, brazos lizos como
para cobijar toda la dicha de un solo apretón, pidió salir con le hembra. Al
negarle el permiso, el hombre fue un momento a uno de sus establecimientos
donde sus matarifes degollaban un cerdo. Al regresar casa de su amiga, ella lo
admite con pomposa reverencia y al ver
entre sus manos un rollo almibarado de pierna porcina; la mujer le
dice:- Aquí tienes mi sobrina, puedes salir un rato con ella. La mañana
siguiente devolvieron a la moza, quien en su vientre ya traía una criatura de
preñada en sus entrañas.